La cultura, en su sentido más amplio, es el conjunto de expresiones
humanas que pueden considerarse desde distintas perspectivas, por ejemplo, las
costumbres, el conocimiento, el idioma, el deporte, la música, la pintura, las
normas, los valores, la religión, entre muchísimas más. La cultura evoluciona,
es un ente vivo y dinámico. Puede ser estable y duradera, o volátil y efímera. En
los tiempos que corren podemos decir que vivimos en la cultura digital.
Hablamos de confianza digital, transformación digital, inteligencia digital, entre
otras. A buena parte de las expresiones del quehacer humano de años recientes se
le agrega la palabra digital. Podríamos afirmar entonces que vivimos en la cultura
digital, entendiéndola como el conjunto de expresiones que manifestamos los
seres humanos por medio de las tecnologías digitales.
¿Qué la caracteriza? Difícil de responder, considerando que la
digitalización ha trastocado todas la áreas de la vida de las personas. Sin
embargo, la cultura digital tiene elementos particulares: la omnipresencia,
no conoce fronteras físicas, diluye los conceptos de local y global; la velocidad
e inmediatez, ofrece comunicación
instantánea y en tiempo real; el volumen, no solo de enormes cantidades
de datos que se manejan, sino también de personas que la adoptan, usan y le dan
forma; es compleja e incierta, genera formidables beneficios pero
colosales riesgos, en los campos de la ética, el empleo, la privacidad, la
información y la formación; no descansa, no hace pausas, el consumo de contenido
es continuo y creciente; hace mayor uso de los mecanismos de multimedia para
manifestarse al conjugar texto, imagen, sonido, videos, entre otros.
¿Qué podemos esperar? - "El que vive de la
bola de cristal pronto aprende a comer vidrio molido." - Edgar R.
Fiedler – A riesgo de, al menos, un bocado, pensamos que el futuro de la cultura
digital está lleno de posibilidades y desafíos: la Inteligencia Artificial
(IA); la automatización; las realidades virtuales y aumentadas; la conectividad
ultrasuperrápida (5G); el Blockchain y las criptomonedas; si todo debe
ser sostenible, por qué no la cultura digital; la telemedicina, el teletrabajo,
la teleeducación; y más adelante, la comunicación directa del cerebro humano
con el mundo digital, entre muchas otras que no imagino, pero catalizadas,
seguramente, por la computación cuántica. En fin, la cultura digital, resulta
más que interesante, donde el protagonista es el conocimiento, las
posibilidades son increíbles, y donde, como dijo el gran Alejandro Magno: “de
la conducta de cada uno depende el futuro de todos”. Mantengamos la
esperanza de que, entre todos, colaboremos y hagamos con la cultura digital
un mundo mejor.
Buen artículo, también la cultura digital ha hecho que en los municipios y Estados que se han adaptado la cultura digital (Gobiernos digitales), han experimentado un mayor acercamiento hacia las personas de su comunidad y viceversa. Obteniendo mayor inclusión en pro del avance de la sociedad y resolver una cantidad grandes de actividades.
ResponderEliminarEn el área privado, las organizaciones han alcanzado un mayor nivel de competitividad respecto a sus semejantes.